Asimismo, en el diseño de una edificación no solo hay que tener en cuenta la resistencia de los elementos sino la configuración estructural de la edificación, por edificación se comprende estructura y arquitectura. Este conjunto es el que va a sufrir el ataque del sismo y responder a las exigencias sísmicas. Si esto está resuelto en el determinado esquema arquitectónico moderno, la edificación debe responder satisfactoriamente, pero en la medida que tengamos mayores luces, mayores extrapolaciones con relación a las exigencias del reglamento en cuanto a configuración estructural, las edificaciones serán más costosas sustancialmente.
El problema de la informalidad es muy serio en el Perú. Se puede mencionar que este tipo de problema está presente incluso en el sector vivienda. Por ejemplo, el poblador que quiere construir su vivienda y no tiene los medios suficientes, va acumulando el material para luego construirla poco a poco con limitados recursos y con ayuda de maestros de obra. Esto sí representa un riesgo porque adaptar sus modelos a los de otro entorno no necesariamente serán los adecuados por las diferentes condiciones topográficas o de calidad de suelo que se puedan presentar.
Es decir, puede haber casos de zonas planas sin mayor problema o zonas de ladera en el que la construcción se vuelve muy compleja. En consecuencia, las instituciones deben propiciar un sistema de educación al poblador con la finalidad de crear consciencia en los riesgos que implica la informalidad en la construcción. Del mismo modo que las instituciones, los municipios que son los más cercanos a los pobladores deben difundir ello y lograr un esfuerzo conjunto.
Por otro lado, es primordial no esperar que un sismo ocurra para tener una iniciativa, uno debe prepararse y tomar medidas de prevención ante la realidad sísmica de nuestro país. Ello debe difundirse y enseñarse desde los colegios. Se puede crear una cultura desde la escuela sobre qué acciones son aceptables desde el punto de vista de construcción, ya sea construcción de albañilería, de concreto, de madera. Como consecuencia, el joven que tiene conocimiento y está concientizado sobre el tema va a construir su casa de manera formal recurriendo a información de cómo hacerlo bien y asesorándose de profesionales en el rubro.
Creo que en la obra formal, en la que se contratan arquitectos, ingeniero estructural y después una compañía constructora, el acceso al concreto premezclado va a depender en qué localidad se está. Si estoy en un pueblo alejado de centros poblados importantes, el concreto va a tener que ser fabricado in-situ, y la fabricación in-situ requiere de controles que seguramente deben ser difundidos y estudiados. El ingeniero estructural debería a su vez informarse y conocer dónde la estructura va a ser construida y tomar las previsiones necesarias para ser didáctico en sus planos, especificaciones y asesorar al constructor sobre el diseño de mezclas y los cuidados que debe haber.
Nuevamente la informalidad es muy difundida en el país, lo que genera mayor dificultad en el control de la obras en el nivel informal. Algunas acciones que se pueden tomar son la difusión de cartillas sobre el buen uso del concreto, el manejo del concreto, el uso de agregados adecuados, entre otros.
El reglamento a nivel de diseño no presenta factores de seguridad, el concreto es concreto. Sin embargo, sí existen normas particulares para el concreto en términos de mezclado in-situ y pre fabricado, siendo estas normas las que se encargan del concreto. Queda a criterio del ingeniero estructural tener en cuenta dónde y cómo se va a construir la edificación para tomar las precauciones convenientes.
Comenzaré con la segunda pregunta. El RNE en los últimos años se ha estado actualizando con un ritmo mucho más cercano. Tenemos normas de acero, concreto, albañilería que están actualizadas y se está trabajando en la segunda versión de la actualización. El RNE es una buena norma que garantiza la buena salud de las edificaciones ante sismos severos.
Por otro lado, tenemos que ser conscientes que el inventario de edificaciones que tenemos es enorme y muy variado en términos de calidad y configuración. Hay un gran porcentaje de edificaciones ya construidas que están fuera del alcance de las actualizaciones de las normas; entonces, surge la pregunta sobre qué hacer con estas edificaciones. La norma exige que estas sean puestas a nivel de la norma actual, es decir que sean reforzadas. Sin embargo, hay muchas edificaciones que no son remodeladas y siguen su función aun teniendo hasta 100 años de vida. Por obras remodeladas, se entiende aquellas que deben ser reforzadas no necesariamente con aisladores ya que es muy costoso y solo aplicaría para obras especiales. En caso de edificaciones menores, se les puede otorgar la seguridad suficiente mediante el reforzamiento con sistemas de disipación de energía, colocación de arriostres, ensanchamiento de elementos estructurales, entre otras opciones dependiendo del tipo de estructura.
Las normas se van actualizando con exigencias de reforzamiento, y esto ya es responsabilidad de los propietarios. Cada propietario debe recurrir a profesionales competentes para que analicen sus estructuras y evalúen si requiere un refuerzo o no. En caso se proceda a un reforzamiento, este puede ser gradual debido a la problemática que implica reforzar un edificio y el costo del mismo. Es así que se ha creado normas y guías para un reforzamiento gradual de acuerdo a la economía del propietario, pero con base en un proyecto integral.
Considerando lo mencionado, no todas las edificaciones están preparadas para afrontar un sismo de gran magnitud. Si bien en los últimos 30 años el Perú ha tenido un desarrollo económico enorme con relación a años anteriores y, actualmente, presenta una cantidad importante de edificaciones nuevas que responden a normas sísmicas adecuadas, hay otro grupo de edificaciones que fueron construidas con base en lo que se creía correcto para la época. Hoy en día a luz de los conocimientos sísmicos logrados, se sabe que gran porcentaje de estas estructuras ante sismos severos no van a responder adecuadamente.
No necesariamente una estructura que esté diseñado con la norma antigua quiere decir que esté mal. Lo más importante en un diseño estructural es la configuración estructural. Una configuración adecuada implica que no se presente columnas cortas, pisos blandos, que no haya torsiones exageradas, que tenga diafragma rígido, entre otros. De este modo, es importante tener una edificación sana desde el punto de vista de configuración y que responda desde el punto de vista de resistencia. Si se cumple lo último, la estructura podrá tener daños pero no va a colapsar.
Para finalizar, es importante mencionar que la educación es vital como una medida de prevención; y ello empieza desde las escuelas. Crear consciencia de lo que son los terremotos y de lo que es una buena construcción va a ser muy útil cuando el niño sea adulto y tenga que tomar decisiones con relación a como darle vivienda a su familia. De igual manera, fomentar campañas o talleres de cómo realizar una correcta construcción sería muy interesante.
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